sábado, 13 de junio de 2009

Papel en blanco

Tantos rostros, con tanta luz, con tantas historias por contar. Tanta alegría contenida en las manos... todo en esas manos... y atrás de las manos, de las historias, de los rostros: el mismo amor, la misma fuerza, el mismo honor... el mismo olor a azul...

Todas esas canciones que llegan a nuestros oídos desde la cuna... retumbando todas a un mismo tiempo.

Tanto papel blanco enfrente de mí, ansioso, esperando a que hábil pluma llevada por pequeñas manos le pongan ritmo a sus delicadas líneas; ya sueños, ya sentimientos, ya quimeras; del tamaño de un punto o de un Universo, en brizna fina o vil cascada.

El papel lo exige todo, lo espera todo, con todos sus oídos y todos sus ojos, en toda su piel, presto a sentir el más abrazador calor, o el frío lascerante, bañado igual por lágrimas que por sudores. Listo a ser boca de prostituta o alma de poeta, bien mostrando la sonrisa de un niño, que la suave caricia de una mujer.
Siempre regalando un sueño, siempre delineando detalladamente un anhelo que al fundirse con una mirada, prometa cumplirse.

Papel en blanco que en poco tiempo estremecerá un alma, cambiará una vida, dará una esperanza a quien la creía ya perdida...

Papel, con el espíritu puro, brillante a la vista, tan frágil, confesor callado de seres complicados... flor de luz... amigo, creyente fervoroso de mi vida vuelta río, amante ansioso de mi eterno vacío.

Sólo han bastado un par de copas de palabras y te has entregado a mí con toda tu fragilidad, embriagado con mi sinceridad... apenas te toco y te diluyes entre mis pensamientos... torbellino quemante envolviendo mi universo... tanto trabajo en hacerlo y ahora tu vienes a mí, con tu pálida cara a quitarme la máscara y a romper la barrera de mi silencio, haciéndome hablar... me vuelvo de cristal en tu presencia, y no conforme para darme pie para deshacerme y volverme a hacer me das el cielo a cuentagotas...

Me das alas para volar y ya en tus líneas me revelas que no quiero el cielo... me incitas a caer...